| Por Karl Kuykendall

Cómo es que la diócesis se convirtió una vez en el hogar de una granja de caballos miniatura

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La Orden de Santa Clara o Las Hermanas Pobres de Santa Clara es una orden mundial de monjas contemplativas Franciscanas que suman alrededor de 20,000 hermanas esparcidas en más de 70 países. Desde 1985 y hasta 2010 un grupo de Clarisas vio como su hogar al Condado de Washington y construyó el Monastery of St. Clare en un tramo de 98 acres algunas millas al noreste de Brenham.

Este grupo de Clarisas tuvo su comienzo en Cuba en 1644, y debido a la agitación política se reubicó en Corpus Christi a principios de los años 1960. Por invitación del Obispo Vincent Harris, se mudaron a la Diócesis de Austin. Las monjas habían criado pájaros y gatos de raza pura para suplementar sus ingresos; sin embargo, esa empresa no había sido lo que ellas esperaban, y antes de su salida de Corpus Christi, la abadesa, Hermana Bernadette Muller, concibió la atrevida y noble idea de criar y crecer caballos miniatura. 

Después de una considerable investigación, la Hermana Bernadette contactó a un criador de caballos miniatura en Ohio y lo convenció de donar una yegua para este esfuerzo. Sabiendo que un macho sería necesario si las monjas eran serias sobre esta empresa, el consejero financiero de las hermanas donó un semental del mismo criador, y entonces las monjas estuvieron listas.

Antes de mudarse al condado de Washington, las Clarisas mantuvieron a los caballos miniatura en su patio trasero en Corpus. Cuando pudieron ocupar su lugar más grande en Brenham, las monjas obtuvieron un préstamo para incrementar su rebaño fundador a 18 caballos miniatura. Hasta su muerte en 1992, la Hermana Bernadette, quien llegó a ser conocida como la “Hermana Cowboy” manejó un programa bien planeado y bien ejecutado de genética y crianza. 

El rebaño de las Clarisas, el cual era entrenado para jalar una carreta cargando a dos adultos, prosperó y ganó atención nacional y fue, con frecuencia, exhibido en competencias. Las crías, que llegaron a ser hasta 50, consistían de una variedad de colores. Los caballos eran tranquilos y amigables y se beneficiaban de la atención que recibían. El programa de crianza de las monjas fue bastante exitoso y 12 de los 15 caballos se vendían anualmente a precios que iban de $500 a $5,000 por cabeza.

Las Clarisas también entrenaban miniaturas para otras personas, y en su punto más álgido su empresa de entrenamiento amansó y educó a más de 70 caballos al año. El hermoso terreno y la singular operación se convirtió en toda una atracción con hasta 20,000 personas al año visitando el Monastery of St. Clare. Además de disfrutar de las gentiles colinas del Condado de Washington y de los caballos miniatura, los visitantes podían comprar hermosas piezas de cerámica hechas por las hermanas y vendidas en su “granero de arte” en los terrenos del monasterio. 

Después de la muerte de la Hermana Bernadette, la Hermana Angela Chandler se puso sus botas y manejó la operación. Años más tarde fue asistida por sus parientes, Becky y Bill Chandler. Para el año 2010, el número de monjas del Monastery of St. Clare había disminuido a tres, y se tomó la decisión de liquidar el rebaño.

Las Hermanas Pax Christi, también anteriormente de Corpus Christi, compraron la propiedad a las Clarisas. Ahora operan un centro de retiros en la antigua granja equina.


Karl Kuykendall es un ejecutivo bancario retirado y es miembro de St. Mary Parish en Temple. Ha vivido en la Diócesis de Austin por más de 50 años. Es autor de Faith & Perseverance: The History of the Catholic Church in Central Texas, la cual fue recientemente publicada por Amazon.