| Por Mark Landers | Columnista

Estaciones del Viacrucis a St. Francis on the Brazos en Waco

En 1924, misioneros Franciscanos vinieron a Waco desde España para servir en ministerio a las necesidades espirituales de la población mexicana en el área. Una iglesia de madera fue construida en 1925 pero fue consumida por un incendio en 1928. Católicos de la Diócesis de Galveston y otras diócesis de Texas colaboraron para facilitar la construcción de una iglesia más substancial, lo cual fue notable ya que se encontraban en medio de la Gran Depresión.

La nueva iglesia, construida en 1931, fue inspirada por la Misión San José en San Antonio construida en 1720. Se usaron materiales locales en cuanto fue posible y azulejos españoles fueron importados para el piso y las tejas de barro repujado para el arrimadero que vinieron de Sevilla. Un elemento muy importante del interior son las pinturas hechas por Pedro Juan Barcelo de Mallorca, España, las cuales fueron pintadas en lienzos y enviadas a Waco donde fueron instaladas en las paredes. Algunas de las pinturas son de San Francisco, así como de misioneros franciscanos que vinieron a Texas a finales del siglo diecisiete.

Con frecuencia, las Estaciones del Viacrucis en las iglesias son pequeñas, representaciones simples, a veces tan mínimas como numerales romanos, pero en St. Francis, las estaciones son pinturas bellamente detalladas con figuras de tamaño casi natural. Están enmarcadas por pilastras con considerable filigrana dorada tallada y ornamentación, con cierta influencia árabe obviamente derivada de los 700 años de ocupación de España. Las Estaciones tienen una presencia considerable en la iglesia, lo que nos recuerda al encarnado ungido de Dios.

La intención del arte sacro es llevarnos a través del arte a algo más numinoso. Mientras que la verdad y la belleza que nos atraen son reales, nos invita a contemplar su significado más profundo, para acceder a aquello que está más allá de él. Hay gran humildad, por así decirlo, en el arte sacro.

Esta Cuaresma lo(a) invito a pasar tiempo reflexionando sobre las Estaciones de la Cruz, ¿tal vez usando las estaciones que se encuentran en su parroquia? Es fácil pensar que las estaciones no son particularmente bellas por aquello que representan, pero como Owen Jones (un arquitecto del siglo 19) dijo “Aquello que es bello debe ser verdadero; aquello que es verdadero debe ser bello”.

Usando la práctica Antigua de Visio Divina (el Mirar Sagrado), mire con cuidado a la imagen y vea si se siente atraído(a) a algo en particular. Reflexione qué le llama la atención, qué regalo se le ofrece. ¿Cómo está llamado a responder? ¿Qué experimenta? ¿Puede usted posicionarse en la escena? ¿Cómo se relaciona esto con su vida? ¿Lo invita a alguna acción? Finalmente, siéntese con Dios en silencio. No se preocupe por seguir una fórmula, solo siéntese con el arte y déjese llevar por lo  que emerja. Tal vez la fe existe en la maravilla de lo que no conocemos pero de alguna manera intuimos- el arte sacro involucra mucho más que nuestras mentes.


Mark Landers es parroquiano de St. Austin Parish en Austin y miembro del Consejo Diocesano de Bellas Artes. Él y su esposa, Christian, son dueños y operadores de Landers’ Studio, un taller de carpintería y estudio de diseño. Ellos diseñan y construyen muebles personalizados y piezas arquitectónicas de alta calidad.

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