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 | Por Emily Hurlimann

Podemos ayudar a sembrar las semillas de vocaciones futuras

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El año pasado nuestra familia celebró alegremente la ordenación sacerdotal de nuestro hijo Jakob, junto con los Padres Sam Bass y Fernando Ricaud. Aunque el camino para la ordenación fue diferente para cada uno, los estudios muestran que el camino hacia la ordenación típicamente empieza antes de la preparatoria. También es crítica para el discernimiento de una vocación la motivación de aquellos involucrados en el viaje de fe de una persona joven, notablemente los padres, sacerdotes, parroquianos y educadores.

En mayo, el Obispo José Vázquez ordenó al Diácono Matthew Jewell al diaconado transicional, y si Dios lo permite, será ordenado sacerdote en 2024. Sin embargo, en 2023, por primera vez en 20 años, no habrá una ordenación sacerdotal en la Diócesis de Austin. Esto nos debe hacer pausar a todos. En nuestra diócesis, actualmente hay 32 hombres estudiando para ser sacerdotes, y por lo menos 15 más entrarán a formación en junio. Sin embargo, el Estado de vocaciones sacerdotales de 2023 del Ministerio Vocacional sugiere que una diócesis de nuestro tamaño debe estar ordenando por lo menos siete hombres al sacerdocio cada año. 

El Ministerio Vocacional dice que la razón por la que los jóvenes no consideran el sacerdocio o la vida consagrada es porque nunca se les ha preguntado personalmente. Sabemos que el discernimiento en oración frecuentemente ocurre después de que alguien ha recibido comentarios de apoyo identificando rasgos de un buen sacerdote o hermana religiosa. Con frecuencia, el estímulo más efectivo viene de sacerdotes, los cuales son menos en número y están más ocupados que nunca, y por lo tanto tienen más dificultad en conocer a la gente joven de sus parroquias lo suficiente para fomentar y guiar las vocaciones. 

El año pasado, nuestra diócesis se enfocó deliberadamente en promover las vocaciones. Los frutos de estos esfuerzos incluyen nuevos Ministerios Vocacionales en muchas parroquias, y un aumento al triple en el número de personas jóvenes identificadas en enero durante el Domingo del Llamado con “cualidades indicadoras de una posible vocación,” y un aumento significativo en la asistencia a eventos de discernimiento patrocinados por la Oficina Vocacional diocesana. 

Ciertamente, la mayoría de Católicos apoyan las vocaciones, pero estamos llegando a un punto en el que nuestro apoyo necesita ir más allá de las palabras. ¿Qué puede hacer el Católico promedio para apoyar a las vocaciones? 

  • ¡Ore! La oración en comunidad y personal es crítica para aumentar las vocaciones. Planee asistir a la Hora Santa para las Vocaciones Diocesanas el 10 de junio a las 10 a.m. en St. Louis Parish en Austin
  • ¡Únase! Su parroquia debe estar comenzando un Ministerio Vocacional o tener uno ya establecido  – si no lo tiene, pregunte a su pastor qué se puede hacer para poner uno en marcha. 
  • ¡Observe y Anime! Cuando usted vea a gente joven enamorada de su fe y sirviendo en ministerios, invítelos a discernir si Dios los está llamando a una vida consagrada o sacerdotal.

Como fieles laicos estamos llamados a nutrir el suelo y a sembrar las semillas. Dios crecerá activamente las vocaciones en aquellos que Él ha llamado. ¡Visite www.austinvocations.com para saber más!


Emily Hurlimann y su esposo Dan son promotores activos de las vocaciones en su parroquia, St. Vincent de Paul en Austin, y para la diócesis. También disfrutan acampar y otro tipo de viajes ahora que están ambos retirados. Su hijo mayor, el Padre Jakob Hurlimann fue ordenado sacerdote el 11 de junio de 2022, y su hijo menor, Thomas, vive y trabaja como ingeniero en Florida.