Cuando encuentra a alguien vulnerable, Ramirez se pregunta, “si yo estuviera en su lugar, ¿qué querría que alguien hiciera por mí?” Ramirez reconoce que “todos estamos a un cheque de pago de distancia de quedarnos sin hogar” y que algunas personas tienen una red de apoyo más fuerte que otras.

Durante el último año de la universidad mientras Ramirez estudiaba psicología en Texas Tech University, el Profesor Craig Crabtree le preguntó por qué no estaba estudiando trabajo social. Ramirez le contestó que quería trabajar en un hospital infantil. 

En respuesta Crabtree le entregó un directorio telefónico y la retó a que llamara a los hospitales para conocer quiénes integraban su personal. La respuesta: trabajadores sociales. 

Así que Ramirez entró al programa de maestría en trabajo social en la University of Texas en Arlington. Ahí conoció a Heather Reynolds, la única estudiante de maestría escribiendo una tesis.

Mientras que estaba en UTA, Ramirez hizo su internado con el Departamento Familiar y de Servicios de Protección de Texas investigando hogares de alto riego con niños menores a 4 años. Después de graduarse, tomó un empleo con el mismo equipo.

Ramirez comenzó el trabajo en 2004 con algo de preocupación, pero luego se dio cuenta, “sé que se necesita hacer. Sé cómo tratar a la gente. Puedo hacer esto”. 

Dos años después de trabajar ahí, Reynolds contactó a Ramirez sobre una oportunidad laboral con Catholic Charities Fort Worth en un centro de evaluación para niños que no podían volver a casa debido a derechos parentales terminados. 

Este fue el “Programa Soñado” de Ramirez. Un año después, se encontró dirigiendo los cinco programas de bienestar infantil en CCFW. “Ahí fue cuando me enamoré de Catholic Charities,” dijo. La consistente ética de las enseñanzas sociales Católicas la intrigaba, y quería saber más. Así que después de haber estado casada con un Católico por cuatro años y de trabajar en Catholic Charities, Ramirez decidió “aprender más sobre la fe Católica”

En la Pascua de 2010, Ramirez entró a la Iglesia Católica.

Cuando Ramirez se unió a CCCTX en 2013, la misión tenía 25 empleados, dos localidades de oficinas, cuatro programas, y servía a cerca de 4,000 personas al año. Hoy, CCCTX tiene 89 empleados (incluyendo cerca de 20 estudiantes haciendo prácticas), siete programas, y cuatro localidades de oficinas (con planes de abrir una quinta). Y sirven a más de 18,000 personas al año, dijo.

Viendo hacia el futuro, Ramirez espera incrementar el compromiso de voluntarios. Los parroquianos pueden venir a las instalaciones para ayudar a empoderar familias a través de los programas de CCCTX tales como la organización de baby showers para padres expectantes y la construcción de paquetes iniciadores de hogares para personas que han experimentado la vida sin hogar.

Alison Cavazos ha trabajado en CCCTX desde 2011. Estaba emocionada cuando Ramirez se unió al equipo como directora por su “robusta experiencia” y porque era “familiar con la misión de Catholic Charities”. Cavazos ha apreciado trabajar con Ramirez quien ha sido su mentora y amiga. Ella pone énfasis en lo sencilla que es Ramirez, que va de ser una persona que pregunta a sus colegas cómo están hasta ser mojada en la cabeza con Gatorade en un evento para empleados. 

El Padre Paulista Bruce Nieli conoció a Ramirez en una comida de Catholic Charities poco después de que ella se había unido al equipo de CCCTX. Él inmediatamente sintió una conexión con ella. Años más tarde, mientras servía en un panel con Ramirez, se dio cuenta de que compartían muchos valores.

Ramirez y el Padre Nieli sienten entusiasmo por la evangelización y la promoción de la enseñanza social Católica. Ahora sirviendo como el director espiritual de CCCTX, el Padre Nieli está colaborando con Ramirez para llevar el mensaje de Catholic Charities a parroquias a lo largo de la diócesis.

Ramirez ve esto como una oportunidad para vivir las palabra de Jesús en Mateo 25:35-36: “Porque tuve hambre, y me dieron de comer, sed, y me dieron de beber; fui extranjero y me recibieron; estaba desnudo, y me vistieron; enfermo y me visitaron, en prisión y vinieron a verme”.