12 hombres entran a la formación para el sacerdocio
Este verano, la Diócesis de Austin dio la bienvenida a 12 hombres como nuevos seminaristas. Después de un año en el que la diócesis no celebró una vocación sacerdotal y después de que las oraciones de muchos se elevaron a Dios por más trabajadores en la cosecha de almas (Mt 9:38), el Señor respondió dándonos la clase entrante más grande de seminaristas en la historia reciente — ¡gracias a Dios!
Este verano, la Diócesis de Austin dio la bienvenida a 12 hombres como nuevos seminaristas. Después de un año en el que la diócesis no celebró una vocación sacerdotal y después de que las oraciones de muchos se elevaron a Dios por más trabajadores en la cosecha de almas (Mt 9:38), el Señor respondió dándonos la clase entrante más grande de seminaristas en la historia reciente — ¡gracias a Dios!
Estos hombres se unen a la primera clase de seminaristas que comienzan la formación sacerdotal con una Etapa Propedéutica, la cual es parte de la nueva visión articulada por el Papa Francisco en “El Don de la Vocación Presbiteral,” un documento que rige el proceso de la formación sacerdotal en todo el mundo.
La palabra propedéutico significa enseñar de antemano; la etapa propedéutica es una etapa preparatoria que se enfoca en la formación humana y espiritual, la cual es la base y el corazón de la formación sacerdotal. Con una base sólida de virtud y con corazones encendidos por el amor de Dios, los hombres que completan la etapa propedéutica serán capaces de involucrarse de manera más fructífera en los estudios académicos de filosofía y teología que siguen.
Los 12 nuevos seminaristas para la Diócesis de Austin comenzaron su etapa propedéutica con una nueva orientación seminarista; un programa de cuatro semanas que incluye clases sobre la virtud, la oración y la liturgia; el ejercicio espiritual de un retiro silencioso de cinco días; y muchas excursiones a parroquias a lo largo de la diócesis. Ahora estos hombres se encuentran en el seminario, donde su formación continúa enfocada en la virtud y la oración. La vida comunal, las clases sobre la Escritura y el Catecismo, y el consejo que reciben de formadores y directores espirituales les proveerá de la base y el corazón necesario para ser buenos.
Mientras que están en el seminario y a lo largo de su formación profesional, por favor, manténganlos en sus oraciones. En este momento cada año, cada parroquia recibe calendarios de oración seminarista que ofrecen la oración de abajo. Si su parroquia necesita más, llame a la Oficina de Vocaciones. Que esta nueva visión para la formación sacerdotal dé grandes frutos en las vidas de estos hombres y de aquellos a quienes ellos servirán como sacerdotes. Oremos:
Jesús, nuestro Gran Sacerdote, te agradezco por el don de tu sacerdocio en la Iglesia, y oro por todos los sacerdotes y aquellos en formación para el sacerdocio. Llénalos con la alegría de tu Espíritu Santo mientras te siguen a ti, el Buen Pastor, dando sus vidas diariamente por aquellos a quienes tú les has llamado a servir. Deja que tu amor llene y satisfaga sus corazones mientras los guías más profundamente hacia el misterio de su propia entrega. Hazlos vehementes pero gentiles heraldos del Evangelio y ministros tiernos de tu misericordia, especialmente hacia aquellos que más la necesitan. Jesús, manso y humilde de corazón, ¡haz sus corazones más como el tuyo! Amén.
El Padre Greg Gerhart sirve como director de Vocaciones de la Diócesis de Austin. Para mayor información sobre Vocaciones, visite www.austinvocations.com.