Celebrando la oportunidad de crecer en la fe
Editora: Obispo Vásquez, hemos estado haciendo estas entrevistas mensuales ya por muchos años, pero una cosa que nunca hemos discutido son los días santos de obligación. ¿Qué son los días santos de obligación?
Obispo Vásquez: Los días santos de obligación son celebraciones especiales durante el año litúrgico. Estos días conmemoran un misterio específico de la persona de Jesucristo, nuestra Santísima Madre o los santos. Durante estos días, estamos obligados a asistir a Misa para profundizar en nuestra fe y entrar en el misterio de lo que significa ser un Cristiano.
El primer precepto de la iglesia es asistir a Misa los domingos y en días santos de obligación. Este precepto pide a los fieles que santifiquen el día conmemorando la Resurrección del Señor (domingos) así como “las fiestas litúrgicas principales en honor de los misterios del Señor, de la Santísima Virgen María y de los santos… participando en la celebración eucarística.” (CCC, 2042)
Por ejemplo, la Navidad es un día santo de obligación en el cual entramos en el misterio de Cristo, el Hijo de Dios, la segunda persona de la Santísima Trinidad, que se convierte en humano. Mientras celebramos el misterio de la encarnación, nos preguntamos: ¿Qué significa esto para nosotros? ¿Cómo es esto parte de nuestra salvación? ¿Qué nos dice sobre nuestro propio futuro al ser creados a imagen y semejanza de Dios? Así que en este día santo de obligación, tenemos la oportunidad de acercarnos a Cristo y profundizar en nuestro amor y entendimiento del misterio de la encarnación.
Editora: ¿Cuáles son los otros días santos de obligación?
Obispo Vásquez: Bueno, tenemos cinco: La Solemnidad de María, Madre de Dios el 1ero. de enero, la Asunción de la Santísima Virgen María el 15 de agosto, el día de Todos los Santos el 1 de noviembre, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María el 8 de diciembre, y la Navidad el 25 de diciembre.
Muchos recuerdan que la Fiesta de la Ascensión (40 días después de la Pascua) era un día santo a mitad de semana, pero esa fiesta fue transferida al domingo, para que más personas pudieran unirse a la celebración.
También, como dije antes, todos los domingos son días santos de obligación. Cristo se levantó de la muerte el Domingo de Pascua, y fue un domingo en el que el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos y fundó la iglesia. Por lo tanto, cada domingo es un día para que nos regocijemos y celebremos la Eucaristía como una comunidad de fe.
Editora: ¿Qué significa el término abrogar en relación a los días santos?
Obispo Vásquez: Abrogar simplemente significa que la obligación ha sido suprimida y los fieles no están obligados a asistir a Misa en ese día particular. Cuando sea que el 1ero. de enero, la Solemnidad de María, Madre de Dios, o el 15 de agosto, la Solemnidad de la Asunción, o el 1ero. de noviembre, la Solemnidad de Todos los Santos, caigan en sábado o lunes, el precepto de asistir a Misa es abrogado. La Navidad cae en lunes este año; sin embargo, no es abrogada.
La Navidad debe ser celebrada porque es un momento central de nuestra historia de salvación. Este año celebraremos el cuarto domingo de adviento el 24 de diciembre y el nacimiento de Nuestro Señor el 25 de diciembre.
Pido a los fieles que recuerden que estas son dos obligaciones separadas: debemos celebrar la Eucaristía el domingo (o en la vigilia del sábado) y debemos celebrar la Eucaristía en Navidad (o Nochebuena). Por supuesto, típicamente tenemos tres o cuatro días entre el cuarto domingo de Adviento y la Navidad para alistar nuestras Iglesias para esta gran festividad, pero ¡no este año! Sin embargo, somos bendecidos de poder celebrar juntos el momento en el que el Hijo de Dios con humildad, se convirtió en humano, tomó nuestra naturaleza para salvarnos.
Editora: Mientras entramos al nuevo año litúrgico y nos preparamos para celebrar Navidad, ¿Cuál es su oración por la gente de Dios?
Obispo Vásquez: Oro por que nuestra gente entre más plenamente en estas celebraciones de nuestra fe. Que nos las veamos simplemente como obligaciones, sino como momentos para profundizar nuestra fe Católica y nuestro amor por Cristo, nuestra Santísima Madre y los santos. Que vivamos de una manera que muestre a otros que aunque vivimos en el mundo, no pertenecemos al mundo, nuestro hogar final está en el Cielo. Que nuestras vidas sean un testamento de nuestra creencia en el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Obispo José S. Vásquez es el quinto obispo de la Diócesis de Austin, que es el hogar de más de 700,000 Católicos.