| Por El Obispo Joe S. Vásquez

Defendiendo la vida desde la concepción hasta la muerte natural

 

Editora: Señor Obispo, en octubre, la Iglesia Católica en los Estados Unidos celebra el Mes de Respeto a la Vida. ¿Es justo decir que aún con el derrocamiento de Roe v. Wade, todavía tenemos mucho trabajo que hacer para proteger a aquellos los más vulnerables?

Obispo Vásquez: La revocación de la Suprema Corte de Roe v. Wade es una gran bendición y somos muy afortunados de vivir en un estado que respeta a los no nacidos, que son los más vulnerables en nuestra sociedad. Sin embargo, proteger a los no natos es solo un aspecto de nuestro compromiso de respetar toda vida humana. La iglesia nos enseña a honrar y respetar la dignidad de toda vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. Como una iglesia, debemos también continuar ayudando a las madres que están experimentando embarazos difíciles o inesperados, debemos ayudar a las familias necesitadas y a las parejas en crisis. Toda vida humana es sagrada, y debemos continuar protegiendo la vida en todas la etapas.

Editora: San Juan Pablo II habló sobre el Evangelio de la Vida en gran detalle. ¿Cuál es el Evangelio de la vida?

Obispo Vásquez: San Juan Pablo II promovió la creación de una cultura de vida, donde el respeto por la vida permee cada aspecto de nuestra sociedad y donde todos sean apreciados y valorados. Dios es el origen de la dignidad humana, y sabemos que estamos hechos a imagen y semejanza de Él. El valor de una persona no se encuentra en el lugar del que venimos o en qué tan educados estemos o en qué vecindario vivamos.

Tristemente, nuestra cultura actual está primordialmente enfocada en la productividad, y existe muy poca preocupación por quiénes somos como hijos de Dios. Un bebé tiene poca productividad, pero aún así debe ser protegido, amado y valorado. Cuando la gente se vuelve anciana, y no se puede cuidar por si misma, su productividad se va, aún así, debe ser protegida, amada y valorada. Personas con capacidades mentales diferentes o incapacitadas no pierden su dignidad y su valor por que no pueden cuidarse a si mismas. Ellas deben ser apreciadas y amadas.

Como escribió San Juan Pablo II en su encíclica Evangelium Vitae, “Nos encontramos en medio de una batalla entre una cultura de la vida y una cultura de la muerte. Todos estamos involucrados en ella, con la inescapable responsabilidad de escoger ser incondicionalmente pro-vida”.

Editora: ¿Cómo cambiamos corazones y mentes?

Obispo Vásquez: En el mundo de hoy existe una gran división y polarización respecto a la dignidad de la vida humana. Desafortunadamente, la maldad de esta división y polarización –ya sea el racismo, el chovinismo, o el clasismo social – está enraizada en el corazón humano. Para combatir esto, estamos llamados a abrir nuestras mentes y corazones al amor de Cristo por toda la gente y a las variadas dificultades y experiencias de otros. Debemos siempre de hablar en nombre de la santidad de la vida humana en cada etapa y de defenderla. Como discípulos de Jesucristo, nuestro trabajo debe comenzar en el hogar donde formamos a nuestros niños. A una edad temprana, debemos enseñar y mostrar a los niños cómo apreciar, proteger y respetar a cada persona.

La iglesia tiene muchas entidades dedicadas a proteger y honrar la vida humana. En nuestra diócesis, la Oficina diocesana de Vida, Matrimonio y Familia, la Society of St. Vincent de Paul, Catholic Charities of Central Texas y nuestros hogares de maternidad en Georgetown y Temple están dedicados a ayudar a aquellos necesitados. Muchas de nuestras parroquias están también dedicadas a ayudar a encontrar y compartir recursos con mujeres embarazadas y aquellas que ya están criando a sus hijos a través del ministerio Walking with Moms in Need. Involucrarse con ministerios es una manera de ayudar a promover y proteger la dignidad de la vida.

Los padres de la Iglesia enseñaron en Gaudium et Spes que  “cada uno, sin excepción de nadie, debe considerar al prójimo como otro yo, cuidando en primer lugar de su vida y de los medios necesarios para vivirla dignamente, no sea que imitemos a aquel rico que se despreocupó por completo del pobre Lázaro” (27). Por lo tanto, estamos también llamados a inspirar a todas las instituciones y a nuestros líderes gubernamentales a respetar la vida en todas sus etapas. Debemos continuar convenciendo a otros que cada vida humana tiene dignidad, y al hacerlo podemos cambiar corazones y mentes y construir la cultura de vida a la que San Juan Pablo II invitó. La iglesia nunca pierde la esperanza, aún cuando estamos frente a una sociedad que es contraria a nuestra manera de pensar. Mientras nos mantenemos fieles a Cristo, esperamos que otros también se unan a nosotros en estos esfuerzos.

Editora: ¿Cuál es su oración mientras nos esforzamos por promover la dignidad de toda vida humana?

Obispo Vásquez: Dios, fuente de todo lo bueno, danos la gracia de valorar, amar y apreciar a las personas en todas la etapas de la vida. Jesús sacrificó su vida y nos salvó del pecado y la muerte. Que sigamos su ejemplo y salvaguardemos la dignidad de cada vida humana. Amén.


Camina con madres necesitadas

Inspirado por el llamado de San Juan Pablo II para construir una cultura de vida, la intención de Walking with Moms in Need es incrementar el alcance de la iglesia hacia mujeres embarazadas necesitadas y en plena crianza. Mientras que muchos recursos para el embarazo son apropiadamente coordinados en el nivel diocesano o regional, las madres necesitadas son mejor alcanzadas en el nivel local. Con 122 parroquias en la diócesis, cada esfuerzo parroquial puede que luzca distinto; sin embargo, la intención es crear una colaboración de recursos a nivel local e incrementar un conocimiento de la ayuda disponible para las madres y las familias necesitadas.

La meta de Walking with Moms in Need  es proveer a todos los Católicos con los recursos para ayudar a madres y padres enfrentando circunstancias difíciles. Para mayor información sobre cómo establecer esta iniciativa en su parroquia, visite walkingwithmoms.com. Para mayor información sobre ministerios de Vida, Matrimonio y Familia en la Diócesis de Austin, contacte a Luisa de Poo escribiéndole a luisa-depoo@austindiocese.org o llame al (512) 949-2487.


Recursos para madres necesitadas en la Diócesis de Austin

St. Gabriel’s Pregnancy & Parenting Program en Catholic Charities of Central Texas: Intercesores y educadores caminan con madres expectantes o padres de familia de un niño de 0-36 meses de edad. Todos los servicios se ofrecen en inglés y en español y son completamente confidenciales. Llame al (512) 651-6100 (área de Austin) o al (979) 822-9340 (área de Brazos Valley) o escriba un correo electrónico a SGPPPintake@ccctx.org.

Anunciation Maternity Home: Un hogar de maternidad con licencia en Georgetown que provee de servicios gratuitos a mujeres jóvenes que se encuentran experimentando un embarazo no planeado. Llame al (512) 864-7755.

Our Lady of the Angels Maternity Home: Un albergue para mujeres en embarazos en crisis y para aquellas que se encuentran post-partum. La casa ofrece un ambiente familiar cariñoso y estable para mujeres y niños necesitados. Llame al (254) 742-2340.

St. John Paul II Life Center: Una organización Católica sin fines de lucro comprometida a ayudar a mujeres con servicios para el embarazo gratuitos, cuidado holístico obstetra y ginecológico y programas educativos. Llame al (512) 407-2900

Project Rachel: Un ministerio de sanación para aquellos que sufren por una experiencia de aborto previa. Envíe un correo a project-rachel@austindiocese.org o llame al (512) 949-2487.