| Por El Obispo José S. Vásquez

Oremos por nuestras madres y ayudemos a las madres necesitadas

Editora: Obispo Vásquez, el Día de las Madres es el 14 de mayo. Comencemos por hablar sobre María, nuestra Santísima Madre. ¿Está usted de acuerdo en que ella es el mejor modelo a seguir para todas las madres?

Obispo Vásquez: ¡Absolutamente! Cualquier persona que quiera entender la profundidad de la maternidad debe mirar a María para entender lo que es ser una madre. María está abierta al don de la vida. Cuando el ángel Gabriel viene a ella y le dice, “¡Salve, favorecida! … He aquí que concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo”. Ella responde, “He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí, según tu palabra”. 

María acepta el don de Dios de la maternidad. Después, María se va al campo a estar con su prima Isabel, quien también está esperando un hijo, Juan el Bautista. Un encuentro del Espíritu Santo se lleva a cabo entre estas mujeres, una muy joven y una de mucho mayor edad, ambas abiertas a la voluntad de Dios.

También, debemos recordar las humildes condiciones del nacimiento de Cristo –María da a luz en un establo rodeada de animales. Aun así, ella le ofrece un cuidado amoroso. María prueba su maternidad a lo largo de la vida de Cristo. Y claro, al final de la vida de Jesús en la cruz, el Señor nos la da como madre, así que somos sus hijos. 

Editora: ¿Nos diría sobre el papel que su madre jugó en su fe y en su vocación?

Obispo Vásquez: Mi madre, descanse en paz, se convirtió a la fe Católica. Ella nació y creció en una Iglesia Protestante de la Asamblea de Dios. Cuando se casó con mi padre y se convirtió en Católica, fue devota. Mi madre era quien se aseguraba de que sus hijos fueran a Misa, asistieran a la educación religiosa y recibieran los sacramentos.

Cuando comencé a pensar sobre el sacerdocio, mi madre me inspiró con su fe y particularmente con su amor a la Eucaristía. Cuando le dije que estaba discerniendo el sacerdocio, se puso muy feliz por mí y me apoyo completamente durante mi tiempo en el seminario. Durante todo este tiempo, sé que oraba por mí lo cual me daba una gran paz. ¡Las oraciones de una madre son poderosas en verdad!

Editora: Ahora más que nunca, estamos llamados a caminar con las madres necesitadas ¿Cómo hacemos eso?

Obispo Vásquez: Nuestra fe Católica es muy práctica. Estamos llamados a vivir nuestra fe ayudando a aquellos necesitados. Como Cristo dice en el Evangelio de Mateo, “Porque tuve hambre, y me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento…” Al final de nuestras vidas, será importante lo que hayamos hecho por otros. Sabemos que las madres y las madres embarazadas necesitadas existen en nuestras familias, parroquias y comunidades. Podemos ofrecerles nuestras oraciones, pero también podemos ofrecerles nuestra presencia y nuestro cuidado. Existe un sinfín de maneras para apoyar a estas mujeres mientras que nutren al bebé en su vientre y después de que el niño haya nacido. Apoyar a estas mujeres y a sus hijos es esencial.

La Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos ha desarrollado una iniciativa llamada Walking with Moms in Need, que ofrece información para parroquias e individuos sobre maneras de ayudar a mujeres en embarazos en crisis. Para mayor información, visite www.walkingwithmoms.com.

Editora: ¿Cuáles son algunos de los ministerios en nuestras diócesis que están ayudando a madres necesitadas?

Obispo Vásquez: Estoy tan orgulloso de nuestro Catholic Charities que ofrece gran apoyo a familias. A través del St. Gabriel’s Pregnancy & Parenting Program, ayudamos a madres y a sus hijos con necesidades básicas, les ofrecemos información y los conectamos con otras agencias que también pueden ayudarles.

También tenemos dos hogares de maternidad Católicos. Our Lady of the Angels Maternity Home en Temple ofrece albergue a mujeres en embarazos en crisis y post-partum; visite www.ladyoftheangels.org, y Annunciation Maternity Home en Georgetown que ofrece albergue y servicios relacionados a madres jóvenes enfrentando un embarazo no planeado; visite www.thematernityhome.org.

También, la Oficina diocesana de Vida, Matrimonio y Familia trabaja para afirmar la dignidad de cada vida humana y busca crear una sociedad que respete, defienda y promueva la dignidad de la vida. 

Valoramos a cada persona desde el momento de la concepción hasta la muerte natural. Queremos ayudar a madres y padres a que sean padres de familia amorosos y cariñosos que críen a sus hijos para que sean santos y fieles.

Editora: ¿Cuál es su oración por todas las madres vivas y fallecidas?

Obispo Vásquez: Primero, doy gracias a Dios por todas las madres. ¿Dónde estaríamos sin las madres? Apreciemos, amemos y respetemos a estas buenas y santas mujeres que viven su fe diariamente mientras nutren a sus hijos e hijas, aman a sus esposos y cuidan de sus hogares. Oremos también por nuestras queridas madres que nos han precedido en la muerte. Que María, nuestra Santísima Madre, cuide de todas las madres y continúe guiándonos para estar más cerca de Cristo. Amén.


El Obispo José S. Vásquez es el quinto obispo de la Diócesis de Austin, que es el hogar de más de 700,000 Católicos.