| Por El Obispo Joe S. Vásquez | CNS Foto Por Nancy Wiechec

Que nuestros corazones anhelen el regreso de Cristo

 

Editora: Obispo, la Navidad estará aquí pronto. ¿Cuáles son algunas de las cosas que podemos hacer durante el Adviento para preparar nuestros corazones para la llegada de Cristo?

Obispo Vásquez: La temporada de Adviento, que es relativamente corta, con frecuencia pasa rápidamente por que es una época muy ocupada. Tendemos a quedar atrapados en el bullicio a nuestro alrededor y perdemos el enfoque en lo que verdaderamente significa la temporada. El Adviento es un tiempo de preparación para celebrar la Navidad y para esperar el día en que Cristo vendrá otra vez.

Estas semanas antes de Navidad son un tiempo para que profundicemos en nuestra relación con el Señor Jesús. Podemos prepararnos a nosotros mismos de manera interna y externa para la venida de nuestro Salvador. Internamente, podemos examinar nuestros corazones y evaluar cómo va nuestra relación personal con el Señor. ¿Cómo estoy pasando tiempo con Dios? ¿Cómo está mi vida de oración? ¿Puedo pasar más tiempo con el Santísimo Sacramento? ¿Estoy amando al Señor con todo mi corazón?

Externamente, podemos examinar nuestras relaciones con otros. ¿Cómo es mi relación con mi familia –mi esposa, esposo, hijos, hermanos? ¿Cómo estoy encontrando al Señor diariamente a través de los otros? ¿Puedo ver a Cristo presente en mis compañeros de trabajo? ¿Puedo verlo presente en mis compañeros estudiantes en la escuela? ¿Puedo verlo en mis compañeros parroquianos? Otra pregunta que podemos hacernos es, ¿pueden otros ver a Cristo en mí, en la manera en la que actúo, hablo y trato a los demás?

Editora: Durante la temporada de Adviento y Navidad, también celebramos a nuestra Santísima Madre, ¿correcto?

Obispo Vásquez: ¡Sí! Como una iglesia celebramos la Fiesta de la Anunciación el 25 de marzo, la cual es precisamente nueve meses antes de Navidad. En esa fiesta, recordamos cómo María, que era una jovencita, tuvo este gran encuentro con Dios. El Ángel Gabriel es enviado a ella; se le pide que sea la madre de Dios; ella dice que sí; y entonces concibe a través del poder el Espíritu Santo. Entonces, nueve meses después, celebramos la fiesta de la Natividad de Cristo.

A través de nuestra Santísima Madre, Jesús es encarnado, toma nuestra naturaleza, nuestra humanidad, para poder entrar a nuestro tiempo e historia y salvarnos. María es quien da a Cristo su humanidad. Somos salvados por que María dijo que sí a la voluntad de Dios. Preguntémonos: ¿Puedo, como María, decir que sí a la voluntad de Dios, aunque no entienda completamente cuál es su plan?

Editora; La temporada Navideña termina con la fiesta de la Epifanía y el bautismo de Cristo. ¿Cuál es el significado de estas fiestas?

Obispo Vásquez: La fiesta de la Epifanía es el reconocimiento de que Cristo no es solo el Salvador de un grupo particular, sino el Salvador de todos. Los magos, cuando presentan sus regalos a Jesús, representan a toda la humanidad que viene a reconocer a Cristo como nuestro Salvador. Después, ellos vuelven a sus países por una ruta diferente lo que significa que han cambiado para siempre. Ellos vuelven para compartir la buena nueva y convertirse en evangelizadores de Cristo para todas las naciones.

Con el bautismo de Jesús en el Jordán, comienza su ministerio público, y se une a si mismo aún más a nosotros. Jesús no tenía ninguna razón para ser bautizado porque no tenía pecados. Durante su bautismo, el Espíritu Santo desciende sobre Él en la forma de una paloma, y Él es revelado como el Hijo de Dios y el Padre dice, “Este es mi Hijo el Amado; en Él me complazco” (Mt 3:17).  Nosotros también, en nuestro propio bautismo, nos convertimos en amados hijos e hijas de Dios.

Editora: ¿Cuál es su oración, mientras celebramos la fiesta de la Natividad?

Obispo Vásquez: Mientras celebramos el nacimiento de nuestro Salvador, oro por que nuestros corazones estén llenos del gozo que María experimentó cuando dio a luz al Hijo de Dios. Jesús, como el más grande don de Dios, nos une, y oro por que todos esperemos con anhelo su regreso. Mientras que el Año Nuevo comienza, oro por que continuemos compartiendo la Buena Nueva de Cristo con los otros. Amén.