Editora: Obispo Vásquez, este mes celebramos el cierre del 75to aniversario de la Diócesis de Austin. Por favor, díganos qué es lo que este año de celebración ha significado para usted.

Obispo Vásquez: Esta celebración de un año del 75to aniversario de la Diócesis de Austin ha sido una maravillosa oportunidad para que expresemos nuestra gratitud a Dios. Durante estos 75 años, Dios nos ha bendecido y ha trabajado a través de nosotros para construir su reino. Mientras concluimos esta celebración, también es momento de que veamos hacia el frente y discernamos cómo es que el Espíritu Santo nos envía a continuar la misión de Cristo. Como una iglesia, miramos hacia el futuro con confianza y llenos de la esperanza de que Cristo estará con nosotros hasta el final del tiempo.

Editora: Este año pasado ha estado lleno de muchas bendiciones. ¿Cuáles han sido algunos de los aspectos más destacados para usted?

Obispo Vásquez: Una bendición es nuestra Campaña Capital Encontrando a Cristo. Continúo admirado de la generosidad de nuestra gente. En medio de una pandemia global, hemos reunido más de $90 millones para apoyar a nuestro clero, fortalecer a nuestras parroquias, formar discípulos emergentes y ayudarnos a dar la bienvenida al discipulado. Estoy tan agradecido por las oraciones y el apoyo hacia este esfuerzo.

Otra bendición ha sido la construcción y dedicación de varios nuevos santuarios en la diócesis. Consagrar una nueva iglesia es una ocasión alegre para mí y para nuestra gente ¡y lo hemos hecho cinco veces este año! Por si solas, las parroquias en el borde este de Austin no hubieran podido construir nuevas Iglesias para cumplir con sus necesidades de crecimiento. Sin embargo, gracias a las generosas donaciones a la campaña capital, St. Joseph Parish en Manor, Santa Barbara Parish en Hornsby Bend y San Francisco Javier Parish en Austin cuentan ahora con hermosas Iglesias para el culto divino. Esto es un logro maravilloso y prueba de lo que se puede lograr cuando nos unimos como el cuerpo de Cristo. Estoy tan agradecido con Dios por la vibrante fe que es evidente a lo largo del Centro de Texas.

Editora: ¿Qué es lo que espera en los años venideros?

Obispo Vásquez: Mientras miramos hacia el 2024, una de mis prioridades es nuestra gente joven. ¿Cómo estamos manteniendo a nuestros jóvenes conectados a su fe Católica mientras la acrecentan? ¿Cómo estamos ayudándoles a dar testimonio de su fe Católica en medio de una cultura que es de muchas maneras anti-Católica y anti-fe? Como miembros del clero, religiosos y laicos, debemos acompañar a nuestros jóvenes en su viaje de fe.

Otra gran prioridad son las vocaciones. ¿Cómo promovemos una vocación al sacerdocio o la vida religiosa? ¿Cómo están nuestros laicos –nuestras familias—promoviendo las vocaciones? Nuestros sacerdotes están envejeciendo, eso no es un secreto. Por lo tanto, la importancia de animar e invitar a hombres a considerar el llamado al sacerdocio es de suma importancia. Necesitamos buenos, santos y saludables sacerdotes para servir a nuestra gente en la diócesis.

Editora: Díganos sobre la Misa de Cierre el 18 de noviembre.

Obispo Vásquez: La Misa de cierre es el 18 de noviembre a las 10:30 a.m. en St. William Parish en Round Rock. He invitado al Cardenal Daniel DiNardo, arzobispo de Galveston-Houston, a presidir la Misa; y he invitado a los obispos de Texas y de más allá a que se me unan también. Espero con ansias el día y el unirme a nuestros sacerdotes, diáconos, religiosos y laicos de toda la diócesis mientras celebramos nuestro pasado y construimos el legado que impactará a la Iglesia en el Centro de Texas por generaciones venideras. Reunámonos para orar en acción de gracias por los muchos dones que se nos han dado en la Diócesis de Austin ¡Por favor, acompáñenos!

Editora: ¿Cuál es su oración mientras avanzamos?

Obispo Vásquez: Que Cristo anime los corazones de cada uno de nosotros en la Diócesis de Austin para que podamos vivir nuestra fe Católica con bondad, alegría y esperanza. Como miembros del cuerpo de Cristo, que participemos en la gran misión de la iglesia de llevar a Cristo a otros. Pido la intercesión de nuestra Santísima Madre que siempre nos protege con su amoroso manto y nos lleva hacia su Hijo, Jesucristo que vive y reina por siempre. Amén.