María Almaraz y Pedro Guzman son los padres de cinco niños, y cuatro de ellos están en edad escolar. Quieren que sus hijos asistan a una escuela que ofrezca tanto una excelencia académica como un ambiente que apoya a su fe Católica, su moral y valores. Como muchos padres, ellos creen que la educación Católica es la mejor opción.

Debido a que las iglesias Católicas tienen que cobrar una colegiatura para operar, este gasto puede ser una barrera para las familias. La colegiatura de una escuela parroquial para cuatro hijos estaba más allá del presupuesto de la familia Guzman-Almaraz.

Siendo miembros de Sacred Heart Parish en Austin, supieron a través de su pastor, el Padre Mark Hamlet, que considerable ayuda financiera está disponible. Con este estímulo, visitaron el sitio web de Cathedral School of St. Mary y aprendieron sobre su asistencia para la colegiatura. Hoy, gracias al alcance de su pastor, a su propia iniciativa, y a la ayuda financiera, sus hijos son estudiantes de kindergarten, segundo, cuarto y quinto grados.

La superintendente diocesana de escuelas Católicas, Misty Poe, declaró que la diócesis y las escuelas de manera individual, están comprometidas a remover barrera que eviten que los estudiantes se matriculen, y una gran barrera es el costo de la colegiatura.

“Las escuelas Católicas son una extensión dela misión de la iglesia de evangelizar y fomentar familias llenas de fe. Los estudios muestran que los estudiantes que asisten a escuelas Católicas tienen más probabilidades de continuar su vida de fe, servir a sus comunidades, y estar involucrados con la iglesia,” dijo Poe. Como una inversión en el futuro, las escuelas y la diócesis quieren trabajar con las familias para que sus hijos puedan asistir.

Poe enfatizó que ninguna familia debe asumir que gana demasiado dinero para calificar para recibir ayuda financiera. Ni tampoco deben las familias permitir que el orgullo o la vergüenza les evite aplicar. De los más de 5,300 estudiantes de escuelas Católicas en las 20 escuelas Católicas en la diócesis, más de un tercio recibe alguna forma de ayuda financiera en maneras creativas e integrales.

Esta ayuda viene de diferentes fuentes, incluyendo, fondos de becas de escuelas individuales; apoyo parroquial en asociación con las escuelas; el evento Saints & Scholars diocesan fundraising; la Catholic Foundation de la diócesis; y el Llamado para Los Servicios Católicos.

Además de esta ayuda, otra fuente importante viene de fuera de la diócesis. Las becas ACE son para nuevos estudiantes y pueden ser usadas en escuelas asociadas, las cuales incluyen muchas escuelas Católicas en la diócesis. Aunque las escuelas no están involucradas en escoger a quienes reciben las becas, ayudan a las familias a aplicar. Si un estudiante es aprobado para una beca ACE, esta beca puede ser renovada cada año hasta el 12vo. grado.

El primer paso para padres que están considerando una educación Católica es contactar a la escuela. Las escuelas harán lo posible para asegurar que los estudiantes de familias dedicadas a la educación Católica puedan asistir a su escuela.

Marian Alonso, directora de admisiones de Cathedral School of St. Mary en Austin, explicó el proceso para recibir asistencia para la colegiatura. Después de contactar a la escuela, los padres, en nombre del estudiante, aplican para ser admitidos. Los padres no deben asumir de entrada que no serán capaces de pagar la colegiatura o que ganan demasiado dinero para calificar para la obtención de asistencia para la colegiatura.

Después de que el estudiante es aceptado y los padres saben que pagar la colegiatura será un reto, ellos y la escuela deben de explorar opciones de ayuda financiera. A través de una compañía tercera, los padres completan una aplicación para determinar su necesidad financiera, un proceso similar a aplicar para recibir ayuda financiera para la universidad. La familia entonces trabaja con la escuela para librar la distancia entre la necesidad y las diferentes fuentes de ayuda.

Alonzo enfatizó que no existe un estigma en lo absoluto para los estudiantes recibiendo asistencia de becas. Con tantos estudiantes recibiendo asistencia para la colegiatura, las familias no tienen ninguna razón para sentirse aisladas o “diferentes”.

La Beca ACE, junto con otra ayuda financiera, ha permitido a los cuatro menores Guzman-Almaraz asistir a la Escuela Catedral. Basada en su experiencia, María Almaraz anima a las familias a que no asuman que una educación Católica está más allá de sus posibilidades.

“Como padres, buscamos lo que es mejor para nuestros hijos. No tienen nada que perder si preguntan si la ayuda está disponible,” dijo Almaraz.