Celebrando a aquellos que viven su llamado bautismal
Editora: Obispo Vásquez, usted presentó recientemente los Premios Lumen Gentium 2023 a personas laicas de toda la diócesis.¿Qué son esos premios?
Obispo Vásquez: Los Premios Lumen Gentium fueron instituidos en 2004 por mi predecesor, el Obispo Gregory Aymond. Él creía que los laicos necesitaban ser reconocidos por su involucramiento y participación en la iglesia. La Constitución Dogmática del Concilio Vaticano Segundo sobre la Iglesia (Lumen Gentium) dice que a los laicos se les ha dado esta vocación especial: “Los laicos están especialmente llamados a hacer presente y operante a la Iglesia en aquellos lugares y circunstancias en que sólo puede llegar a ser sal de la tierra a través de ellos” (Lumen Gentium 33). Es así que, a través de los muy adecuadamente nombrados Premios Lumen Gentium, honramos a los laicos (y a algunos diáconos también) por su servicio en nuestras parroquias y en nuestra diócesis.
Cada dos años los pastores de nuestras parroquias y misiones nominan a personas laicas que sirven de maneras ejemplares, y entonces, como la Diócesis de Austin, ofrecemos una ceremonia en la que otorgamos a cada persona o pareja un reconocimiento especial. Los premios son una gran oportunidad para nosotros para agradecer y reconocer a estos hombres y mujeres por su servicio en la iglesia y para honrarlos por su dedicación a su fe Católica.
Editora: ¿Cómo difiere el papel de los laicos del papel de nuestros sacerdotes?
Obispo Vásquez: En el bautismo, todos somos conformados a Cristo como sacerdote, profeta y rey. El sacerdocio común de los laicos difiera del sacerdocio ministerial de aquellos que sirven como sacerdotes. De acuerdo al Catecismo de la Iglesia Católica “Mientras el sacerdocio común de los fieles se realiza en el desarrollo de la gracia bautismal — vida de fe, de esperanza y de caridad, vida según el Espíritu — el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio común (CIC 1547). Por lo tanto, tanto los laicos como el clero trabajan juntos al servicio de la misión de la iglesia. Nuestros sacerdotes llevan a Cristo al mundo mientras consagran la Eucaristía y celebran los sacramentos. Nuestros laicos llevan a Cristo al mundo a través de su trabajo, su vida familiar, su voluntariado y su involucramiento social.
Editora: ¿Qué significa ser sacerdote, profeta y rey?
Obispo Vásquez: Las responsabilidades sacerdotales de los laicos incluyen el cómo uno practica la santidad a través de la oración, la celebración de la Eucaristía y el vivir bien la vocación personal. Sin importar cual pueda ser su carrera o trabajo, los laicos llevan santificación al lugar en el que viven y en el que sirven.
El papel profético de los laicos es hablar la verdad, hablar contra la injusticia, y por aquellos que no tienen una voz y aquellos que necesitan asistencia y cuidados.
El papel real de los laicos se trata del servicio en la comunidad y a través de la caridad. Los laicos son esenciales para el trabajo en la despensa de alimentos, en visitar a los enfermos o a los confinados en el hogar, en enseñar educación religiosa a los niños y jóvenes adultos, en servir en el consejo parroquial así como en otras áreas en las que estamos llamados a servir.
Al final del Evangelio de Mateo, cuando Cristo dice, “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos,”(Mt 28:19) Él estaba hablando a todos los discípulos, no solo a sacerdotes ordenados. Esta es la razón por la que es importante reconocer a los laicos con estos Premios Lumen Gentium. Las personas reconocidas, así como incontables hombres y mujeres laicos de todo lo largo de nuestra diócesis ofrecen generosamente su tiempo y talento para hacer una diferencia en la vida de sus comunidades de fe y sociedades.
Editora: En el pasado, he escuchado que usted anima a los laicos a encontrar a su reemplazo. ¿Qué quiere usted decir con eso?
Obispo Vásquez: Una de las cosas que he notado durante muchos años – ya fuese en mi propia parroquia o en las parroquias de nuestra diócesis – es que las mismas personas han estado realizando los mismos ministerios por años. Estoy agradecido de que la gente sea tan dedicada, pero ¿qué pasa el día en que ya no puedan realizar este ministerio? Debemos invitar a otros a que se involucren.
Por ejemplo, si usted es un lector y conoce a un compañero parroquiano que sería un buen lector, invítelo al ministerio. Lo mismo es verdad para aquellos que enseñan educación religiosa, o cantan en el coro o para aquellos que son sacristanes o servidores del altar. ¡Esto va también para los sacerdotes! Como sacerdotes, diáconos y religiosos debemos animar activamente a otros a considerar la vida religiosa o el sacerdocio o diaconado. Esto es lo que quiero decir cuando digo que deben encontrar su reemplazo.
Queremos involucrar a todos en el ministerio de la iglesia, de manera que vivamos de manera integral nuestro llamado bautismal. Como el Papa Francisco se lamentaba al principio de su pontificado, es triste cuando la gente viene a Misa, se sienta en la banca y luego se va a casa, y nada realmente cambia. Como Católicos estamos llamados a estar en Misa y participar de manera completa ofreciéndonos nosotros mismos al Señor.
El punto de vista minimalista consiste en decir que ser un sacerdote significa decir la Misa en lugar de ofrecerla. Así que nosotros también estamos sufriendo de un punto de vista minimalista si pensamos que nuestro deber principal es nada más ir a Misa. Mientras el sacerdote ofrece el pan y el vino para que se conviertan en el cuerpo y la sangre de Cristo, los laicos también ofrecen sus vidas a Dios en ese Pan y en ese vino. Sin importar las dificultades que estemos teniendo, sin importar las alegrías que estemos experimentando, llevémoslas todas a la Misa y ofrezcámoslas en la Eucaristía.
Editora: ¿Cuál es su oración por los laicos de nuestra diócesis?
Obispo Vásquez: Mi oración está tomada del Misal Romano; habla de una hermosa y elocuente manera sobre los laicos de nuestra iglesia: Señor Dios, que enviaste al mundo a manera de levadura la fuerza del Evangelio, concede a tus fieles que llamaste a vivir en el mundo en medio de las ocupaciones seculares, que, fervorosos en su espíritu cristiano, por medio de las tareas terrenales que desempeñan, colaboren sin cesar en la construcción de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo, amén.
El Obispo José S. Vásquez es el quinto obispo de la Diócesis de Austin, que es el hogar de más de 700,000 Católicos.