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 | Por Mary P. Walker

El Obispo ordenará a tres sacerdotes el 11 de junio

Con gran gozo y agradecimiento, el Obispo José Vásquez ordenará a los Diáconoes Samuel Bass, Jakob Hurlimann, y Fernando Ricaud al sacerdocio el 11 de Junio a las 10:30 a.m. en St. Vincent de Paul Parish en Austin. La Misa será transmitida en vivo en austindiocese.org/watch y será interpretada por medio del ASL para las personas sordas.

El Diácono Samuel Bass, de 33 años de edad, es el hijo único de Stephen Bass y Kristin Turner. Él se unió a la Iglesia Católica como un adulto y considera a St. Louis King of France in Austin como su parroquia. Fue ahí donde él discernió su llamado a entrar al seminario.

Creciendo en Austin, el Diácono Bass tenía muchos intereses, incluyendo la lectura, el canto, el béisbol y los modelos de trenes. Después de graduarse de McCallum High School, una beca lo llevó a Amherst College en Massachussets, donde estudió Inglés y obtuvo un grado en Artes Liberales en 2011. Mientras estaba lejos en la universidad, comenzó a ponderar las “preguntas mayores” de la vida y a buscar un sentido de pertenencia. Amistades con Católicos y el leer el Evangelio llevó al Diácono Bass a explorar el Catolicismo. Después de graduarse, pasó tres años trabajando como un aprendiz en granjas orgánicas. Durante este tiempo, participó en el Rito de la Iniciación Cristiana para Adultos (RCIA por sus siglas en inglés) y fue bautizado en 2013 en la Vigilia Pascual.

Varios meses después, mientras trabajaba en Canadá, el Diácono Bass sintió que Dios lo estaba llamando al sacerdocio o la vida religiosa. Para discernir su futuro, se mudó de nuevo a Austin, vivió con sus padres y trabajó como asistente de carpintero. Él dijo que la guía y el ánimo que recibió del Padre Will Straten, y de los directores de vocaciones diocesanos, los Padres Brian McMaster y Jonathan Raia fueron invaluables.

Ayudar a aquellos necesitados con la Society of St. Vincent de Paul lo influenció en su decisión de convertirse en un sacerdote parroquial.

“Me di cuenta de que es más satisfactorio ayudar a otros y acompañarlos en sus dificultades que perseguir mis propios intereses. Esta es parte de la identidad de un sacerdote diocesano,” dijo el Diácono Bass.

Asistió al Holy Trinity Seminary en Irving y entonces al Pontifical North American College en Roma. El Diácono Bass agradece a aquellos que lo llevaron a la fe Católica, y a los sacerdotes, religiosos y parroquianos que lo han apoyado con oración y ánimo. También expresó gran amor y gratitud hacia sus padres, cuya generosidad les permitió estar abiertos y ajustar su propia visión del futuro de su hijo. Ese proceso los ha acercado más, dijo.

Después de su ordenación, el Padre Bass celebrará Misas de acción de gracias en los siguientes horarios: Junio 12 a las 9:30 a.m. y a la 1:30 p.m. (español) en St. Louis King of France Parish en Austin y Junio 19 a las 9:30 a.m. y a la 1:30 p.m. (español) en St. Helen Parish en Georgetown.

El Diácono Jakob Hurlimann, de 27 años de edad, es el hijo de Dan y Emily Hurlimann. Tiene un hermano menor. Creció en una familia fuertemente Católica, miembro de St. Vincent de Paul Parish en Austin desde su fundación,
Comenzando en el kindergarten, el Diácono Hurlimann asistió a Holy Family Catholic School, posteriormente a St. Dominic Savio High School, donde practicó la carrera a campo traviesa y el atletismo, y tocó el clarinete bajo. También estuvo activo en los Boy Scouts, donde desarrolló un gran amor por el senderismo y ganó el rango de Águila.

El Diácono Hurlimann escuchó por primera vez el llamado al sacerdocio durante sus años de secundaria. Ambos padres le heredaron su amor por el ministerio parroquial. Él los acompañaba a llevar la Santa Comunión a los enfermos y los confinados en casa y se convirtió en un servidor del altar y lector. Al atender retiros vocacionales y cenas de discernimiento, el Diácono Hurlimann conoció a sacerdotes y seminaristas personalmente y los vio como “gente real”. Él admiraba especialmente al Obispo Daniel Garcia, entonces su pastor, y al Padre Brian McMaster quien era el director de vocaciones durante sus años de preparatoria.

Después de graduarse, el Diácono Hurlimann asistió a Texas A&M University con una vaga dirección de entrar al seminario en algún momento en el futuro. A mitad de su primer semestre, participó en el Heart of Jesus Discernment Retreat.

“Esto me hizo darme cuenta de que ahora era el momento de que entrara a la formación como seminarista. Les dije a mis padres la noche de Navidad de 2013. Su apoyo fue una gran afirmación de que yo estaba siguiendo la voluntad de Dios,” dijo el Diácono Hurlimann.

El siguiente otoño comenzó estudios en St. Joseph Seminary College en St. Benedict, Louisiana. Ahí, el desarrolló muchas amistades que espera que duren toda su vida.

“Vivir en comunidad es siempre un reto, pero al mismo tiempo, una de las cosas más bellas. Los hombres con los que vives, con los que oras, y trabajas tienen el mismo objetivo que tú,” dijo.
Su consejo para cualquier persona considerando el sacerdocio o la vida religiosa es dar pasos positivos. Ya que el mundo nos bombardea con información, algo espiritual está pasando dentro de una persona considerando una vocación. Dar pasos positivos ayudará a la persona a clarificar si este es un verdadero llamado.

Después de su ordenación, el Padre Hurlimann celebrará una Misa de acción de gracias el 12 de junio a las 9:30 a.m. en St. Vincent de Paul Parish en Austin.

El Diácono Fernando Ricaud, de 30 años, es el hijo de Fernando y Catalina Ricaud. El mayor de tres hijos, tiene un hermano y una hermana menores. Nacido y criado en Monterrey, México, creció en una amorosa familia Católica, en donde le enseñaron el hábito de la oración a una edad temprana. Por 12 años tomó lecciones de piano, y hoy disfruta tocar el piano, leer y ver películas producidas por cineastas independientes.

Cuando tenía 19 años, el Diácono Ricaud se mudó a Austin para asistir a la University of Texas en donde estudió ciencias computacionales. Él considera el University Catholic Center como su parroquia, ya que fue, tanto su primer parroquia al mudarse a los Estados Unidos, como el lugar donde experimentó un despertar espiritual.

El Diácono Ricaud consideró por primera vez el sacerdocio durante su último año en la universidad. Dos de sus mejores amigos, también de Monterrey y estudiando en la universidad lo sorprendieron con la noticia de que estaban entrando al seminario. Esto lo llevó a reflexionar sobre la pregunta de qué tan abierto estaba a seguir la voluntad de Dios. Desde ese día, el Diácono Ricaud oró, “Señor, hazme desear lo que tú deseas. Si quieres que sea un sacerdote, dame el deseo de ser un sacerdote”.

Después de graduarse, aceptó un trabajo en Chicago como un ingeniero de software con una compañía que desarrollaba tecnología de mapas para vehículos autónomos. En la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, el 12 de diciembre de 2014, el Diácono Ricaud estaba enfermo, aburrido y sin poder salir por la nieve. Este tiempo de aislamiento fue, de hecho, una gran bendición y le dio el valor para discernir su verdadero llamado.

Siguiendo el consejo de un video de discernimiento del Obispo Robert Barron, el Diácono Ricaud se imaginó en oración a si mismo como sacerdote, celebrando la Misa y escuchando confesiones. Esta imagen mental y una honesta mirada al interior de su corazón le dieron gozo y paz.

“Cuando vi más allá de mis miedos y dudas, mi deseo de seguir a Jesús como un sacerdote se volvió más fuerte que mi deseo por el matrimonio,” dijo.

En el verano de 2015, el Diácono Ricaud dejó su trabajo y regresó a Texas para convertirse en un seminarista para la Diócesis de Austin. Asistió al Holy Trinity Seminary en Irving, y después al St. Mary´s Seminary en Houston.

Para el Diácono Ricaud, el reto de la formación fue balancear la introspección necesitada para explorar sus debilidades personales y la tentación hacia el perfeccionismo. Los ejemplos de los santos le sirvieron como un recordatorio de que Dios nos ama con nuestras imperfecciones, y siempre contamos con la esperanza de su misericordia.

Para aquellos que quieren discernir si Dios los está llamando al sacerdocio o la vida religiosa, el Diácono Ricaud aconseja, “Pregunten al Señor, a través de la intercesión de María, que ponga en su corazón el deseo de su voluntad. Si oran así con sinceridad y fidelidad, ¡les sorprenderá la transformación que tendrá su corazón!”

Después de su ordenación, el Padre Ricaud celebrará Misas de acción de gracias el 12 de junio a las 11:30 a.m. en St. Elizabeth Parish en Pflugerville, el 19 de junio a las 10:30 a.m. en el University Catholic Center en Austin y el 25 de Junio a las 6 p.m. en St. Joseph Parish en Bryan.